En la primera sala del Museo conservamos y mostramos una colección de bienes datados en época romana. Veamos un poco más a qué escenario histórico nos referimos y qué función tenían estas piezas.
La Península Ibérica fue conquistada por Roma entre los años 218 a. C. y 19 a. C. y permaneció bajo su dominio hasta que en el siglo V los visigodos sustituyeron su autoridad.
La romanización de Hispania supuso la adaptación de pueblos como los celtas o los iberos a la sociedad, economía y cultura romanas (es el momento de la llegada del latín, del derecho romano, de su religión, de su arte, etc.).
Los objetos que conservamos en el Museo probablemente pertenecían a una villa romana. Las villas romanas eran principalmente explotaciones agrarias si bien es común que en la parte destinada a la vivienda del propietario y su familia se decorasen los suelos con mosaicos y se cuidara más la estética de sus muros (por ejemplo cubriéndolos con estuco).
Este bonito jarrito-ungüentario es posible que perteneciera a alguna mujer romana (por restos de cuidado personal encontrados en otros yacimientos como frasquitos de perfumes o peines imaginamos que eran cotequas).
La función de los pondus era servir de pesas de telar: con su peso mantenían firme y vertical la urdimbre (en el Museo lo explicamos con dibujos).
Si quieres saber más sobre las villas romanas te recomendamos visitar el Museo de las Villas Romanas en Almenara– Puras (Valladolid) o la Villa Romana de la Olmeda (Palencia).
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